Viernes - VIENDO LA BONDAD DE DIOS EN CADA TEMPORADA


VIENDO LA BONDAD DE DIOS EN CADA TEMPORADA

Diana Ordoñez

Escritura de Hoy: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”

—Filipenses 4:8, RVR1960

Tema: Busca lo bueno en esta temporada, en tu familia extendida, más allá de las líneas partidistas, en otras comunidades, y en tus vecinos—sin importar sus creencias o política.

ENFÓCATE EN LO BUENO

Cuando mi esposo, Juan, joven y por lo demás saludable, se fue al hospital en marzo de 2020, no sabía que sería la última vez que lo vería. Esto fue al inicio del confinamiento por la pandemia, y el miedo, la ira y la división se propagaban rápidamente. La pérdida, el aislamiento y el caos que me rodeaban se sentían abrumadores. En esos primeros días, me quedé en casa con nuestra hija de cuatro años, orando desesperadamente por la sanación y el regreso de Juan. Pero en medio de la incertidumbre, sabía una cosa: tenía que fijar mis ojos en Dios.

El día en que le pusieron a Juan en un ventilador y toda comunicación con él se perdió, sentí un peso indescribible. Después de acostar a nuestra hija a dormir ese dia, me conecté a Facebook Live e invité a todos nuestros familiares, amistades, y conocidos cercanos y lejanos a unirse en oración y adoración todas las noches a las 9 p.m. hasta que Juan volviera a casa. Esa simple invitación fue como un salvavidas. Dejé de ver las noticias. Evité las conversaciones llenas de estadísticas y miedo. ¿Por qué? Porque sabía que no encontraría a Dios allí.

En cambio, encontré a Dios en los momentos de bondad, en las personas que me llevaban comida, en aquellos que oraban conmigo cada noche, en las enfermeras que mostraban compasión, y en los amigos que rodearon el hospital en autos, orando por Juan. Vi la bondad de Dios en todo lo que era honesto, puro y digno de alabanza. Cuanto más lo buscaba, más lo encontraba.

Cuando Juan falleció—justo antes de la Pascua y pocos días antes del quinto cumpleaños de nuestra hija—sentí como si el suelo hubiese desaparecido bajo mis pies. Sin embargo, incluso en mi dolor, sabía que enfocarme en la bondad de Dios me daría estabilidad. Así que comencé una práctica de gratitud, cambiando mi enfoque nuevamente a todo lo que era verdadero, noble y digno de alabanza. Y mientras lo hacía, vi nuevamente a Dios en los rostros de quienes me apoyaban, en las bendiciones que aún tenía y en el amor que me rodeaba.

Lo que los estudios muestran—y lo que he experimentado de primera mano—es que el miedo y la gratitud no pueden coexistir. Cuando elegimos intencionalmente enfocarnos en la gratitud, nuestra perspectiva cambia. Cuanto más nos enfocamos en la bondad de Dios, más la vemos reflejada en nuestras vidas. Enfocarnos en estas cosas, como nos llama Filipenses 4:8, no es solo pensar en ellas, sino sentir la gratitud por tenerlas en nuestras vidas. Esta práctica transforma cómo vemos el mundo a nuestro alrededor.

Todos estamos hechos a la imagen de Dios, y Su bondad está en cada uno de nosotros. En lo que nos enfocamos es lo que se multiplicará y crecerá. Cuando elegimos ver a Dios en las personas y circunstancias que nos rodean, Él se revelará de maneras increíbles.

Hazlo Personal: ¿En qué partes de tu vida puedes cambiar tu enfoque hacia Dios? ¿En qué partes de tu vida ha tomado el control el miedo, la ira o la división en tu corazón? ¿Cómo puedes intencionalmente buscar a Dios en esas personas o situaciones e inclinarte hacia la gratitud?

Oración: Querido Señor, ayúdame a ver Tu rostro en todas las áreas de mi vida. Guíame a amar a las personas como Tú lo haces y confiar en que siempre estás en control. Gracias por moldearme en la persona que me has llamado a ser. Estoy agradecido(a) por las bendiciones que has puesto en mi vida: la belleza de la naturaleza, la risa de mis seres queridos, el aire en mis pulmones y la voz para alabarte. Incluso cuando la esperanza parece perdida, confío en que estás obrando y haciendo nuevas todas las cosas. Amén.

Lee: Romanos 8:28, Jeremías 29:13, Génesis 1:27