Viernes - NO PODEMOS ALCANZAR A DIOS, POR ESO DIOS VINO A NOSOTROS


NO PODEMOS ALCANZAR A DIOS, POR ESO DIOS VINO A NOSOTROS

Jenna Worsham

Escritura de Hoy: “Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.” Juan 1:14, NVI

Tema: Nuestro intento de llegar a Dios mediante nuestro propio esfuerzo es religión; Dios se acercó y se reveló a nosotros en Su Hijo Jesús.

RELIGIÓN COTIDIANA

De verdad, trato de ser una buena persona. Doy a la caridad. Trato a otras personas con amabilidad – la mayor parte del tiempo. Soy justo, especialmente conmigo mismo y mi familia. Yo cuido a mi gente. No pierdo el tiempo con gente que no hace lo mismo. Por estas razones, creo que estoy bien. Creo que un poder superior lo aprobaría. Buena karma y todo... Creo que pasaría el corte. ¿No es así?

NO ES SUFICIENTE

Es difícil culpar a una persona aun no creyente por realizar acciones como las mencionadas anteriormente como formas de mejorar, ayudar a los demás y ser amable. Desafortunadamente, los creyentes a veces viven según esos mismos estándares defectuosos. La descripción anterior es inquietante porque resulta familiar.

Sin embargo, Dios nos asegura que no podemos llegar a ser un individuo “suficientemente perfecto” por nuestra cuenta. “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23, NVI). La humanidad está quebrada. No importa cuánto dinero le entreguemos a una persona necesitada, cuántas sonrisas le demos, cuántas gracias corteses o acciones caballerosas tomemos, no podemos mitigar nuestro problema de pecado de forma independiente.

Esa es la razón por la que Dios nos envió a Su Hijo Jesús como un regalo perfecto y sacrificial: Feliz Navidad para nosotros. Duele admitirlo. Celebramos Su venida y, sin embargo, para Jesús, Su llegada es una degradación. Dejó la perfección y la plenitud para aceptar cierto dolor, sufrimiento y quebrantamiento. Lo hizo porque todos nuestros esfuerzos no fueron ni son suficientes entonces ni ahora.

Hubo profecías y promesas. Se esperaba y anticipaba al Mesías. Sin embargo, hasta que vino Jesús, la gente sólo tenía una palabra de Dios. La Palabra de Dios fue hecha carne de Dios. Dios se acercó de una manera que pudiéramos sostener, tocar, hablar y seguir. En Navidad celebramos el día en que Jesús vino a la tierra. Quizás olvidemos reconocer que Jesús vino porque la perfección no se podía alcanzar a través del sacerdocio levítico (Hebreos 7:11). Podemos ignorar la verdad de que nuestra religión por sí sola no nos salvará. La “verdadera religión” (como se define en Santiago 1:27) nos mueve a responder a los demás de la misma manera que Jesús respondió a toda la humanidad, con compasión, acción y santidad. Cuando Jesús vino, Dios se acercó de la manera más tangible y sacrificial posible, porque era la única manera de llegar a nosotros.

Hágalo Algo Personal: Considere qué partes de nuestras tradiciones navideñas son religiosas y qué partes celebran a Jesús siguiendo Su ejemplo de compasión y santidad. ¿Cómo puede usted aceptar que Él lo alcance y, siguiendo Su ejemplo, llegar a los que sufren y se sienten solos entre nosotros?

Ore: Amado Dios, gracias por enviar a Jesús. Lamento no siempre apreciar la profundidad de Su sacrificio y pérdida. Ayúdame a celebrar y extender la mano en esta temporada. Abre mis ojos a las formas en que trato de ganarme respeto y aceptación. No necesita religión. Tú nos amas y ofreces rescate. Ayúdame a verte y apreciarte de una manera nueva en esta temporada navideña. Amén.

Leer: Juan 14:6; Hebreos 7:11; Santiago 1:27

Versículo de Memorizar de la Semana: “No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los Ejércitos.” Zacarias 4:6b, NVI