Viernes - DEJA DE QUEJARTE; COMIENZA A MOVERTE


DEJA DE QUEJARTE; COMIENZA A MOVERTE

Kendra Intihar

Escritura de Hoy: “Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman.” Santiago 1:12, NTV

Tema: Una vez que escuches a Dios y sepas la dirección que Él quiere que vayas, ¡empieza a moverte y a perseverar!

SEGURIDAD EN EL RESULTADO

En la película presentada de esta semana llamada, “Gravity” la Dra. Stone (el personaje interpretado por Sandra Bullock) enfrenta un desafío imposible. No sólo debe sobrevivir a las condiciones extremas de una misión espacial fallida, sino que también debe mantener la cabeza lo suficientemente lúcida como para encontrar el camino de regreso a la Tierra durante los momentos más aterradores de su vida.

Dudo que tu o yo alguna vez nos enfrentemos a este tipo particular de crisis cósmica, pero la vida funciona de esta manera incluso en nuestros obstáculos más personales y cercanos a casa. Si aún no lo hemos hecho, ciertamente enfrentaremos desafíos que parecen imposibles de superar. Afortunadamente, como creyentes, tenemos una esperanza y confianza en Cristo que nos permite caminar por lo desconocido con una sensación de seguridad en el resultado. Pase lo que pase, Dios nos ayuda.

ENTRE LA ROCA Y UN LUGAR DIFÍCIL (…O UN EJÉRCITO Y EL MAR)

Uno de mis momentos favoritos del Antiguo Testamento es cuando Dios les recuerda a los israelitas que, ultimadamente, Él tiene el control, amonestándoles que dejen de quejarse y comiencen a moverse. Estoy parafraseando un poco, pero aquí está la esencia de la historia, la mayor parte de la cual probablemente recordarás:

Los israelitas habían estado esclavizados en Egipto durante cientos de años, pero Dios tenía un plan mejor para ellos: una Tierra Prometida donde serían libres y completos como Su pueblo elegido. Moisés le había pedido al faraón, su antiguo abuelo adoptivo, que liberara a los israelitas, pero el faraón se negó. Por supuesto, fue entonces cuando el Señor Dios desató las diez plagas sobre Egipto, pero después de cada plaga, el corazón de Faraón se endureció nuevamente contra el pueblo de Dios.

Después de la “plaga de los primogénitos” final, el faraón cede y deja ir al pueblo. Se arrepiente de inmediato y envía a sus hombres a capturar a los israelitas y a traerlos nuevamente a la esclavitud. En un momento más dramático, el pueblo de Dios gimió, preguntando a Moisés si Egipto acababa de quedarse sin tumbas y por eso los “rescató” para dejarlos morir en el desierto. Me gusta imaginar la expresión del rostro de Dios en ese momento. Quizás sea el mismo que les doy a mis hijos cuando me dicen que están a punto de morir de hambre después de haber comido de una sola vez la comida necesaria para una semana.

Moisés los consuela diciendo: “ No tengan miedo. Solo quédense quietos y observen cómo el Señor los rescatará hoy. Esos egipcios que ahora ven, jamás volverán a verlos. El Señor mismo peleará por ustedes. Solo quédense tranquilos.” (Éxodo 14:13-14, NVI). Entonces el Señor le responde a Moisés con una de mis citas favoritas: “Luego el Señor le dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a mí? ¡Dile al pueblo que se ponga en marcha!” (Éxodo 14:15, NVI). Y así lo hicieron. Se animaron, dejaron de quejarse, cruzaron el Mar Rojo en tierra firme y evitaron la muerte a manos del ejército de Faraón.

RECOGE TUS REMOS

En la película que vimos esta semana, la Dra. Stone pudo superar las condiciones desesperadas y asfixiantes que enfrentó. Dejó a un lado sus sentimientos de miedo y autocompasión y entró en modo de supervivencia para llegar a casa. El camino fácil habría sido aceptar la derrota, pero ella eligió el camino más difícil y no se rindió. En nuestras propias vidas, de vez en cuando nos enfrentaremos a la decisión de “darnos por vencidos”. El Señor nos proporcionará una barca, pero si nos sentamos dentro de ella, compadeciéndonos de nuestra condición y clamando a Él que nos rescate en lugar de tomar los remos que Él puso a nuestros pies, entonces no habremos podido ver Su provisión completa. . La sanación y la plenitud llegan cuando dejamos de lado nuestro miedo y confiamos en Dios y Su provisión en todas nuestras circunstancias.

Hazlo Algo Personal: Los períodos de lamento pueden ser buenos, santos y bíblicos, pero también hay un momento para dar nuestros primeros pasos vacilantes hacia la sanidad. ¿Por qué crees que nos resulta tan difícil levantarnos y avanzar en nuestros momentos de desesperanza o desesperación? ¿Qué has aprendido de los momentos de tu vida en los que Dios te pidió que te levantaras y siguieras moviéndote, incluso cuando era difícil?

Ore: Dios Señor, cuando nos encontremos atrapados entre un ejército egipcio metafórico y un Mar Rojo, danos la sabiduría y la fortaleza para elegir el camino que nos has prometido. Recuérdanos que podemos confiar en Tu provisión en nuestros momentos más desesperados porque Tú eres para nosotros. En el nombre de Jesús. Amén.

Leer: Salmo 37:24; Isaías 40:31; Éxodo 14:10-31

Versículo de Memorizar de la Semana: “Los justos podrán tropezar siete veces, pero volverán a levantarse. En cambio, basta una sola calamidad para derribar al perverso.” Proverbios 24:16 NTV