Viernes - ¿CÓMO ES DIOS?


¿CÓMO ES DIOS?

Kendra Intihar 

Escritura de Hoy: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por siempre.” Hebreos 13:8, NVI

Tema: Dios no cambia. Contrariamente a la percepción popular, el Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento son uno solo.

HASTA QUE HAYAS VISTO A JESÚS…

Juan el Bautista escribió que nadie ha visto a Dios hasta que haya visto a Jesús (Juan 1:18). Dijo que solo Jesús sabía cómo era Dios y que Jesús es la revelación de Dios. En esencia, Juan les estaba diciendo a sus oyentes del primer siglo que sin Jesús era imposible conocer la plenitud del carácter de Dios y que, antes de Su ministerio en la tierra, no podíamos interpretarlo correctamente. Esto habría sido una afirmación subversiva en aquel entonces, y creo que todavía hoy luchamos con ella.

Recuerdo haber leído historias del Antiguo Testamento y pensar que Dios y Jesús debían ser entidades separadas. De hecho, me avergüenza decir que solía pensar que Dios era un poco iracundo e inestable, mientras que el papel de Jesús era calmarlo para que dejara de estar enojado con nosotros. ¡Claro que la Escritura nos dice que no es así! Sabemos que Jesús no vino a cambiar la opinión de Dios sobre la humanidad porque Dios es inmutable, es decir, inmutable (ver Malaquías 3:6; Números 23:19; Santiago 1:17). Si Dios no puede cambiar ni ser cambiado, entonces ¿qué nos enseña Jesús —la revelación de Dios en carne— sobre cómo siempre se ha sentido Dios hacia nosotros?

AMA A DIOS; AMA A LOS DEMÁS

Me imagino que muchos de nosotros somos culpables de leer la Biblia de una manera que da la impresión de que necesitábamos que Jesús nos rescatara de un Dios enojado. De hecho, Jesús vino a rescatarnos, no de Dios… sino del pecado y la muerte. Dios mismo vino a salvarnos de las cosas de este mundo que nos atrapan y nos impiden vivir en plenitud y en una relación con Él. Cuando leemos las Escrituras como una sola narrativa con el hilo conductor del amor persistente de Dios, queda claro que el deseo de Dios siempre ha sido rescatarnos de cualquier cosa que nos impida experimentar plenamente Su amor.

El Dios del Antiguo Testamento se reveló perfectamente en la persona de Jesucristo, lo cual es una invitación a releer las Escrituras desde la perspectiva de Jesús. De hecho, en Mateo 22:37-40, Jesús enseñó que la Ley y los Profetas —esencialmente, toda la Biblia Hebrea— se basan en dos mandamientos: amar a Dios y amar al prójimo. Esto probablemente sorprendió a Su audiencia, quienes sabían que había 613 leyes que debían seguir. Se habían centrado en seguir la letra de la ley, y Jesús les dijo que era más importante centrarse en el espíritu de la ley: todo lo que hagan, háganlo con una actitud de corazón de amar a Dios y al prójimo.

DIOS ES COMO JESÚS

Jesús es Emanuel, Dios con nosotros. El resplandor de la gloria de Dios. La huella exacta de Su naturaleza. (Hebreos 1:3). ¿Cómo es Dios? Dios es como Jesús. Es compasivo, accesible, relacional, trascendente y transformador. Está con los marginados: los dolientes, las viudas, los huérfanos, los extranjeros, los enfermos, los marginados y los pobres.

Con su “Gran Mandamiento”, Jesús replantea cada historia desde Génesis hasta Apocalipsis, recordándonos que el Dios del universo sostiene a la humanidad a lo largo del tiempo, invitándonos a amarlo y a amar a las personas que creó.

Hazlo Algo Personal: Dios es inmutable y es como Jesús. Esto debería influir en nuestra forma de interactuar, no solo con las Escrituras, sino también con las personas. Al leer tu Biblia esta semana, considera cómo saber que Dios es exactamente como Jesús podría ayudarte a comprender y aplicar las Escrituras de manera diferente, y pídele a Dios que mueva tu corazón hacia el amor a Dios y al prójimo.

Ore: Dios Señor, te alabo por Tu naturaleza inmutable e inmutable. Eres el mismo ayer, hoy y por los siglos, y eres Amor. Si de alguna manera te he malinterpretado, por favor, muéstrame con más claridad quién eres a través de Tu Hijo, Cristo Jesús. Amén.

Lee: Colosenses 1:15; Juan 14:9; Mateo 22:37-40