Miércoles - PROTEGIENDO MI PROPÓSITO


ESTA PARTE DE MI VIDA SE LLAMA... PROTEGIENDO MI PROPÓSITO 

Micah Smith 

Escritura de Hoy: “¿Busco acaso el favor de la gente, o el favor de Dios? ¿O trato acaso de agradar a la gente? ¡Si todavía buscara yo agradar a la gente, no sería siervo de Cristo!” Gálatas 1:10, RVC 

Tema: No dejes que las limitaciones de otros definan tu llamado; protege el propósito que Dios ha puesto en ti. 

EL CAMPEÓN DE PESO PESADO DE MÁS EDAD DE LA HISTORIA 

George Foreman debería haber terminado. A los 38 años, tras diez años alejado del boxeo y un despertar religioso que lo llevó a convertirse en ministro ordenado, la mayoría de la gente pensaba que sus días de boxeo habían quedado atrás. Cuando anunció su regreso, los críticos pusieron los ojos en blanco. Cuando dijo que quería volver a ser campeón de peso pesado, se rieron. El mundo del boxeo había avanzado: peleadores más rápidos y jóvenes dominaban el panorama. 

Pero Foreman tenía algo que los escépticos no entendían: una fe inquebrantable en su propósito. Famosamente declaró: “Los 40 años no son una sentencia de muerte”, negándose a permitir que los plazos de los demás se convirtieran en sus limitaciones. Siete años después de su regreso, a los 45 años, Foreman noqueó a Michael Moorer para convertirse en el campeón de peso pesado de mayor edad en la historia del boxeo. No solo demostró que los críticos estaban equivocados, sino que redefinió lo que era posible. 

Lo que hizo tan notable el regreso de Foreman no fue solo su logro físico. Fue su juego mental. Protegió su propósito de las voces que decían: “Demasiado viejo”, “Demasiado lento”, “Demasiado tarde”. Comprendió que los planes de Dios no están limitados por las expectativas humanas ni los plazos sociales. 

PROTEGIENDO EL PROPÓSITO EN LA SALA DE JUEGOS Y EL RING 

En la película “En busca de la Felicidad”, hay una escena desgarradora en la que Chris Gardner juega al baloncesto con su hijo. Su hijo dice que quiere jugar en la NBA algún día, y Chris, abatido por las decepciones de la vida, le dice que probablemente no sucederá, que debería enfocarse en otras cosas. Su hijo se desanima y patea el balón. Chris se da cuenta de inmediato de su error y lo llama de vuelta, diciéndole: "Nunca dejes que nadie te diga que no puedes lograr algo... Si tienes un sueño, debes protegerlo". 

¿Con qué frecuencia nos hacemos esto? ¿Con qué frecuencia dejamos que los sueños fallidos de otros, sus expectativas "realistas" o sus consejos basados en el miedo ahoguen lo que Dios ha puesto en nuestros corazones? El enemigo no siempre ataca con claridad. A veces susurra con buenas intenciones, diciendo: "Sé práctico", "Eso ya pasó" o "La gente como nosotros no hace esas cosas". 

Hazlo Algo Personal: ¿Qué propósito o vocación has estado protegiendo últimamente? ¿Hay voces en tu vida, quizás incluso tu propia voz interior, que te dicen que es demasiado tarde, que eres demasiado viejo o que no estás lo suficientemente capacitado? Recuerda: el llamado de Dios no tiene fecha de caducidad. ¿Qué cambiaría si abordaras tus sueños con la determinación de George Foreman, protegiendo tu propósito de las limitaciones que otros quieren imponerle? 

Ore: Dios Padre, gracias por el propósito único que has puesto en mí. Ayúdame a proteger ese llamado de las voces, externas e internas, que quieren convencerme de que es demasiado tarde o de que no soy suficiente. Dame la valentía para perseguir lo que has puesto en mi corazón, sin importar lo que otros piensen que es posible o práctico. Recuérdame que Tus planes para mí son buenos y que Tu tiempo es perfecto. En el nombre de Cristo Jesús, amén. 

Leer: Romanos 8:1-11 

Versículo de Memorizar de la Semana: “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.” Gálatas 6:9, NVI