SIGA LUCHANDO – JESÚS GANA
Jenna Worsham
Escritura de Hoy: “Aunque son muchos los que me combaten, él me rescata, me salva la vida en la batalla que se libra contra mí.” Salmo 55:18, NVI
Tema: Dios me redime eternamente de la eterna batalla por mi alma.
LA BATALLA
Cada día es una batalla entre el bien y el mal. Los cuerpos humanos están sujetos a las necesidades físicas, las enfermedades, los problemas y el pecado. No hay forma de escapar de las partes rotas de la vida. Si sucumbimos al modelo del mundo y rechazamos a Jesús, la batalla no será feroz. Los no salvos marchan con el enemigo sin oposición hacia la muerte. Sin embargo, cuando invitamos al Espíritu Santo a entrar en nuestros corazones, nuestros cuerpos se convierten a la vez en templos y campos de batalla. Hay dos fuerzas, nuestra propia naturaleza pecaminosa y un Dios santo en guerra dentro de nosotros. Pero hay esperanza. “¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1 Juan 5:5, NTV). Esos somos usted y yo, si cree.
ES DEMASIADO
La batalla es contra una oposición seria “Aunque son muchos los que me combaten” (Salmo 55: 18a, NVI). La batalla es demasiado para nosotros. Nos cansamos. Tenemos hambre. Nos llenamos de pena, depresión, ansiedad y nos desanimamos. Puede que haya comenzado la batalla contra el mal eligiendo a Jesús, pero es una batalla que no puedo ganar por mi cuenta. Es más, de lo que puedo hacer.
¿Cuál es su batalla actual? Nuestras batallas contra el pecado cambiarán con los años. Descubrí que una vez que soy capaz de superar un hábito o patrón de pecado, surge un nuevo desafío. Miro hacia atrás y veo que lo nuevo que estoy luchando por mejorar ha sido un problema todo el tiempo. Simplemente no lo vi. Luché con el lenguaje, los chismes, la vida limpia, el contentamiento, el orgullo, el materialismo, la lectura diaria de la Biblia, la oración y ahora con la observancia de un sábado semanal. No digo que tenga todas esas cosas resueltas. Lo que digo es que sé que no podría haber mejorado ni uno solo de ellos por mi cuenta. Al pensar en los caminos que Dios proporcionó para alejarnos de la tentación o hacia los buenos hábitos, me doy cuenta de que, sin Su provisión, todavía estaría donde comencé. Fue y es demasiado para mí.
REDIMIDO
Esta semana aprendimos que cuando somos tentados a pecar, Dios nos proporcionará una vía de escape. ¡No sólo nos redimirá por toda la eternidad, sino que comenzará a redimir nuestras vidas del pecado ahora! Pues bien, se puede ganar la batalla contra la tentación, habrá problemas que nos abrumarán. A veces el dolor o la pérdida serán tan importantes que no podremos respirar. Quizás una enfermedad, un desastre natural o la violencia le afectaron profundamente. Este profundo problema no es la voluntad de Dios para nosotros. Es parte del mundo quebrantado y lleno de tristeza en el que vivimos. Sabemos que al final de nuestra historia, cuando la tierra sea redimida “Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más” (Apocalipsis 21:4, NTV). Pues bien, ahora habrá muerte, tristeza, llanto y dolor, tenemos la promesa de que esas cosas son temporales. Disfrutamos de la presencia de Dios ahora y la disfrutaremos plena y perfectamente (sin pecado ni problemas) en la eternidad. “Me mostrarás el camino de la vida; me concederás la alegría de tu presencia y el placer de vivir contigo para siempre.” (Salmo 16:11, NVI).
Hágalo Algo Personal: ¿Cuál es su batalla actual contra la tentación y el pecado? Ore por la situación y pídale a Dios que le muestre un camino de escape. ¿Qué problema o dolor abrumador está enfrentando? Invite a Dios a acercarse a usted en su dolor y sufrimiento. Él se preocupa y quiere consolarlo, y l acompaña a través de las situaciones difíciles (incluso imposibles) que enfrenta.
Ore: Querido Dios Padre, gracias por ganar la batalla final. Sé que las batallas que peleo contra el pecado son insignificantes en comparación. Sin embargo, sé que mi esfuerzo y mi fidelidad te agradan. Ayúdame a seguir luchando y a tomar la salida que Tú has prometido brindar en cada situación tentadora. Gracias por seguir haciendo crecer mi carácter y mi capacidad para huir de la tentación.
Leer: 2 Pedro 1:10-11; 2 Corintios 3:4-5; Salmo 55
Versículo de Memorizar de la Semana: “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.” 1 Corintios 10:13, NVI