Martes - RESPALDAR


RESPALDAR

Jenna Worsham

Escritura de Hoy: “Profesan conocer a Dios, pero con sus acciones lo niegan; son abominables, desobedientes e incapaces de hacer nada bueno”.  Tito 1: 16a, NVI

Tema:  Nuestras acciones no nos salvan, pero demuestran que somos salvos.

HABLAR DE DIOS

Cuando yo era adolescente, luché por vivir de manera consistente. Ahora sé que los jóvenes prueban todo tipo de rasgos de personalidad como parte de su proceso de maduración. En ese momento, no estaba segura de mí misma. Proyectaba confianza, pero no siempre podía respaldar mi gran charla con acciones. Tenía una reputación que me excluía de las fiestas salvajes y de meterme en la bebida o las drogas. ¿O tal vez estaba distante? ¿O eran mis padres quienes tenían la reputación? De hecho, no estoy segura de por qué no tuve que enfrentar la presión de beber o consumir drogas. Muchas de las personas que conocí enfrentaron esas presiones. Lo que sí sé es que hablé de Dios y, a veces, mis acciones coincidían con ese mensaje.

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Había algunas cosas grandiosas y elevadas con las que quería identificarme. Yo era la capitán del Color Guard. Fui presidente del Club Cristiano. Ayudé a dirigir la Escuela Bíblica de Vacaciones durante 4 años seguidos. Hice viajes internacionales de socorro y asistí a mi grupo de estudiantes todas las semanas. Pero hubo un chico al que literalmente empujé en la parada del autobús. Definitivamente dije algunas malas palabras durante todo el sexto grado (¡aunque solo en la escuela!). Chismeaba sobre la gente. Ignore completamente a algunos viejos amigos, y no siempre salude a mis amigos de la iglesia cuando estaba en “público”. Eso no estaba bien. A veces sentía que vivía una doble vida. Probablemente porque lo hice.

ACCIÓN > HABLAR

Ultimadamente, tomó años para convertirme en una persona más consistente. Ocasionalmente me siento tentada a comprometer la consistencia porque estoy cansada, quiero ser aceptada o siento que merezco tener un chance.

Puede ser tentador hablar de Dios sin hacer lo que Él dice. Un ejemplo simple es asistir a la iglesia. Los creyentes saben que unirse a grupo para adorar es beneficioso. Sin embargo, muchos no le dan prioridad. Eso no es todo lo que se necesita para seguir a Dios, pero es un comienzo. Sabemos que servir ayuda a la Iglesia y aumenta nuestra fe, pero frecuentemente estamos ocupados y somos tan “importantes” que no servimos a los demás. “Porque aún hay muchos rebeldes, que hablan de vanidades y de engaños”. (Tito 1: 10a, RVC), pero se necesita disciplina, humildad y una relación correcta con Dios 

Nuestras acciones muestran nuestra fe. Nos lo confirman a nosotros y a los que nos rodean. Si usted quiere estar seguro de su fe, empiece a hacer lo que ve que Dios hace. Lea Su Palabra. Ore. Ame a los demás. Priorice a la familia y a Dios por encima de ganar más dinero. La acción es mejor que hablar, siempre. Haga ambas cosas (hablar y actuar). Pero si tiene que elegir uno, actúa como Jesús. Llegará la oportunidad de compartir con palabras.

Hágalo Algo Personal: ¿De qué manera sus palabras y acciones son inconsistentes? ¿Qué acción ha sentido que Dios le está impulsando a tomar en esta temporada? ¿Qué se necesitaría para HACER lo que Él dice?

Ore: Dios, gracias por darme claridad y la oportunidad de seguirte a Ti con todo mi corazón. Por favor ayúdame a vivir consistentemente y hacer lo que creo, no solo hablar de ello. En el Nombre de Jesús, Amén.

Leer: Santiago 1:22-27, Tito 1:7-11

Versículo de Memorizar de la Semana: “Las que son mis ovejas, oyen mi voz; y yo las conozco, y ellas me siguen”. Juan 10:27, RVC