Martes - ¿QUÉ ME ESTOY PERDIENDO?


¿QUÉ ME ESTOY PERDIENDO?

Christine Fornaro

Escritura de Hoy: “Porque su corazón se ha endurecido, Y sus oídos son incapaces de oír. Han cerrado sus ojos, para no ver ni oír, ni entender bien; para que no se conviertan y yo los sane.”. Hechos 28:27, RVC

Tema: Si no podemos ver ni escuchar al Espíritu Santo, considere pedirle a Dios que revele el pecado habitual o pasado por alto para que podamos recibir sanidad espiritual.

¿CÓMO ESTÁ TU CAPACIDAD DE ESCUCHAR?

Todos tenemos momentos en los que sentimos que Dios no está cerca, o que no hemos escuchado esa voz apacible y delicada desde hace mucho tiempo. Sin duda, las temporadas secas irán y vendrán. La sequedad espiritual puede ser una señal de que necesitamos ser recargados del Espíritu. Sin embargo, también puede ser una señal de pecado habitual o pasado por alto. Nuestros corazones y mentes pueden volverse embotados ante la voz de Dios. Somos propensos a seguir los movimientos de nuestro caminar cristiano, pero Dios quiere que permanezcamos en el Espíritu. El Espíritu Santo es lo que nos convence de pecado y de nuestra necesidad de cambio.

CRECIENDO HACIA LA MEJOR VERSIÓN

Una vez que somos salvos, no somos un 'producto terminado'. Dios nunca nos deja como nos encuentra: llenos de pecado, dolor, malos hábitos y problemas. No tiene la intención de que permanezcamos iguales. Él nos ve cómo podremos ser, con Su ayuda, la mejor versión de nosotros mismos en este lado del Cielo. Dios no quiere que sigamos arrastrando una vida con complejos y hábitos que nos hacen daño. Él quiere que vivamos vidas llenas de gozo, paz, contentamiento, fortaleza en el Señor y confianza en Él. Por supuesto, nunca seremos perfectos y el pecado está a la puerta para dominarnos. Pero podemos ser moldeables y participantes voluntariosos en nuestra transformación espiritual.

Hágalo Algo Personal: ¿Existe algún hábito pecaminoso que te haya rondado durante años? ¿O tal vez algo que has pasado por alto por completo o que nunca has considerado pecado? Pídele al Espíritu Santo que te ayude a ver qué en tu vida está entorpeciendo tu relación con Él. Luego pídele y permítele que te convierta en una mejor versión de ti mismo con Su fuerza.

Ore: Señor Dios, ayúdame a ver cualquier obstáculo que pueda impedirme conocerte mejor. Sé que quieres lo mejor para mí, ayúdame a seguir el paso de Tu voluntad para mi vida. Gracias por Tu Espíritu Santo al guiarme y nunca dejarme solo, incluso cuando me alejo de Ti.

Leer: Proverbios 1:7, Juan 14:26, 1 Corintios 3:16

Versículo de Memorizar de la Semana: “No agravien al Espíritu Santo de Dios con el que fueron sellados para el día de la redención.” Efesios 4:30, NVI