NO GOBERNADO POR LAS EMOCIONES
Sarah Sloan
Escritura de Hoy: “Ustedes, los padres, no exasperen a sus hijos, sino edúquenlos en la disciplina y la instrucción del Señor.” Efesios 6:4, RVC
Tema: Criar a los hijos de manera piadosa significa controlar nuestras propias emociones para que ellos a su vez puedan controlar las suyas.
DOMINIO PROPIO
A veces, ser padre puede ser el regalo más maravilloso. En otras ocasiones, puede ser el trabajo más difícil y frustrante. Es muy fácil perder la calma y dejar que la ira se apodere de usted cuando las personas pequeñas en su vida no obedecen, actúan con rudeza o lo decepcionan y avergüenzan. Tus sentimientos pueden ser válidos. Sin embargo, la Biblia dice: “Enójense, pero no pequen” (Efesios 4: 26a, NVI). Cuando actuamos según nuestra ira y dejamos que nos controle, perdemos nuestro poder sobre la situación y perdemos la oportunidad de entrenar y enseñar a nuestros hijos.
Cuando nuestros hijos se vuelven amargados, enojados y desanimados, se vuelven no enseñables. Nadie prospera, escucha o aprende bien en esas condiciones. Si algo aprenden nuestros hijos cuando respondemos con enojo es a perder el control. Me gusta la versión Reina Valera del versículo de hoy porque dice “…, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” (Efesios 6:4 RVR 1960).
APOYAR
En lugar de responder con ira a nuestros hijos, Dios nos instruye a cuidarlos y amonestarlos. La palabra “crianza” proviene de la palabra griega “paideia”, que significa toda la educación y entrenamiento de un hijo... su espíritu, su alma y su mente... en los caminos de Dios y en Su verdad. Cuando nuestros hijos desobedecen, debemos tomarnos el tiempo para enseñarles por qué deben obedecer y cómo deben obedecer. Cada error es una oportunidad de crecimiento y formación.
AMONESTAR
En segundo lugar, estamos llamados a amonestar a nuestros hijos. Esta palabra se origina de la palabra griega “nouthesia” que significa advertir, corregir, “corregir”. Debemos enseñar a nuestros hijos lo que es correcto y luego pedirles que rindan cuentas de ese estándar. La disciplina amorosa no se da por ira, sino que se usa suavemente como guía para “corregir” los deseos de la naturaleza pecaminosa.
Hágalo Algo Personal: Hoy, Dios quiere que recupere el control de nuestro temperamento. Sentirse frustrado y enojado no es una justificación para actuar según esos sentimientos. Pídale a Dios que le ayude a llevar cautivos todos sus pensamientos y emociones, poniéndolos bajo la autoridad de Cristo. Haga una lista de las características que desea que tenga su hijo. Escriba lo que quiere que sepan acerca de Dios y qué tipo de persona quiere que sean cuando crezcan. Luego deténgase y ore por sus hijos y las cosas en su lista. Pida la ayuda de Dios mientras busca entrenar, enseñar y guiar el corazón de su hijo.
Ore: Dios, sabes que me equivoco todo el tiempo. Yo deje que mi ira se apoderara de mí. En lugar de dar un ejemplo de dominio propio a mis hijos, frecuentemente les demuestro cómo se siente estar gobernado por mis emociones. Por favor, perdóname. Necesito Tu ayuda. Quiero criar a mis hijos como Tú me crías a mí. Siempre me perdonas. Tú me apoyas, me enseñas, me adviertes y me corriges. Gracias por siempre perseguirme con amor. Ayúdame a hacer lo mismo por mis hijos.
Leer: Efesios 4:26; Hebreos 12:5-11; 2 Timoteo 3:16; Romanos 15:14
Versículo de Memorizar: “Háganlo todo con amor.” 1 Corintios 16:14 (RVC)