Martes - ¡MIO!


¡MIO!

Kimberly Lawrence

Escritura de Hoy: “Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría”. 2 Corintios 9:7, NIV

Tema: El diezmo no debe ser una carga pesada, sino una oportunidad para dar con alegría y el camino hacia una vida obediente y bendecida.

DESDE EL PRINCIPIO

Cuando un bebé empieza a hablar, sus primeras palabras suelen ser "mamá", "papá" y "no". Esas palabras tan comunes suelen seguirles rápidamente la palabra "mío", sobre todo si el niño tiene un hermano. Los seres humanos somos rápidos para identificar y defender lo que consideramos nuestras posesiones, nuestro espacio, nuestro dinero e incluso nuestro tiempo.

INCLUSO HOY

Mi familia y yo nos mudamos recientemente a una casa nueva donde la calle y la acera están mucho más cerca de la puerta principal que en nuestro hogar anterior. Me descubro mirando con sospecha por la ventana delantera cuando la gente se queda frente a “mi” casa, como si yo fuera dueña de la acera y del vecindario. ¿Alguna vez has estado en un paseo en barco o autobús, digamos en Disney, cuando la gente empieza a subir, y justo esa familia con una burbuja personal mucho más pequeña que la tuya decide sentarse a tu lado, invadiendo “tu” espacio? Ese espacio (tu espacio) era una zona común hace apenas unos segundos, antes de que decidieras instalarte allí… ¡y ahora de repente ha sido reclamado! Todas estas situaciones me hacen crisparme un poco solo de pensarlas.

PERO NO ES REALMENTE MÍO

Sin embargo, ¡lo MÍO siempre fue Suyo! Me apropio rápidamente de muchos aspectos de mi vida, frecuentemente pasando por alto la Fuente de todo. Si mis cosas, mi casa, mi dinero y mi tiempo no hubieran sido provistos primero por Dios, ¿qué podría poseer? Sin embargo, soy tacaño con todo. ¿Y si cambiáramos por completo nuestra manera de pensar y consideráramos que en realidad no somos DUEÑOS de nada? Solo estamos administrando o cuidando lo que pertenece a nuestro generoso Dios. 

¿Sería mayor nuestra disposición a dar si supiéramos que Dios reemplazará o incluso multiplicará lo que usamos con fidelidad? Después de todo, ese es el temor, ¿verdad? Si doy el diezmo… ¿y si no me queda suficiente para mí? 

LO QUE DIOS QUIERE

Dios no necesita mis cosas. Él quiere mi corazón. En Su Palabra, deja claro el llamado a que Sus seguidores sean generosos al dar (2 Corintios 9:6-8, Salmo 24:1, Santiago 1:17), y Jesús ejemplificó esta característica mientras caminó por la tierra. La historia de los panes y los peces es una de las primeras que aprendemos de niños. En ella, el milagro que Jesús realizó alimentó a miles. Si vuelves a leer esta historia en Marcos 8, nota que el primer acto de Jesús fue dar gracias a Dios antes de partir el pan para que los discípulos lo distribuyeran. Jesús, en forma humana, sintió hambre. Los discípulos, sin duda, también tenían hambre. Pero, antes que nada, Jesús reconoció la fuente de esa bendición, dio gracias y entregó con generosidad, confiando en que Dios los bendeciría con lo suficiente.

Hazlo Algo Personal: Considera hoy si estás dando a Dios lo que es precioso para ti o solo lo que te sobra. ¿Hay falta de fe en tu generosidad? ¿Tu vida de servicio o de diezmo duele un poquito? Si no es así, tal vez sea momento de hacer una evaluación honesta sobre cómo profundizar un poco más y reordenar tus recursos. Dios promete honrar tu fidelidad cuando das sin presión.

Ore: Dios Padre, soy egoísta y temeroso por naturaleza. Por favor, revélame dónde necesito dar ese paso extra de fe en mi vida. Ya sea con mis finanzas, mi tiempo o mi atención, ayúdame a ponerte primero y a experimentar la alegría de ser un dador alegre. Ayúdame a dejar de confundir necesidades con deseos. A medida que mi vida comienza a cambiar, revelando cómo te he priorizado, permíteme reconocerlo y darte la gloria. Gracias por siempre proveerme exactamente lo suficiente y todo lo que necesito. Amén.

Lee: Mateo 6:27; 2 Corintios 9:6-8; Malaquías 3:10; Salmo 24:1; Santiago 1:17

Versículo de Memorizar de la Semana: “ Y Dios es poderoso como para que abunde en ustedes toda gracia, para que siempre y en toda circunstancia tengan todo lo necesario, y abunde en ustedes toda buena obra.” 2 Corintios‬