LIBRE DE PECADO – SANTO Y ACEPTABLE
Jenna Worsham
Escritura de Hoy: “Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios!” Romanos 12:1, RVC
Tema: La pureza es importante para Dios. Esfuércese por mantener sus pensamientos, acciones y vida libres de pecado.
PUREZA INTEGRAL
Si usted creció en la iglesia (como yo), “pureza” implica pureza sexual. Sin embargo, este versículo no se trata de sexo. ¿Son puros sus pensamientos acerca de sus competidores? ¿Envidias las cosas, el poder, la posición o las personas? ¿Controla su ira? ¿Administra sus palabras y mantener sus conversaciones sagradas? ¿Qué pensamientos o acciones entretuvo esta semana que fueron menos que perfectamente santos?
La semana pasada hablamos sobre el templo y el tabernáculo, su distribución, reglamentos y santidad. Estos eran los lugares en los que Dios residía antes de que Jesús hiciera posible que cada uno de nosotros se convirtiera en el lugar de residencia de Dios. Nuestros cuerpos deben ser considerados de la misma manera que lo fue el templo: apartados y dispuestos para ser útiles a Dios y a Su pueblo. El sacrificio fue Jesús. Somos aceptables por eso. Somos pequeños templos por eso. Somos santos por Su sacrificio perfecto. Debido a que Jesús nos santifica, podemos ofrecer adoración espiritual pura.
DE FRENTE AL AMANECER
Cuando sale el sol, quiero estar lista para servir. La postura y la posición marcan una gran diferencia en mi enfoque. Cuando miro hacia el este en la madrugada y miro por la ventana, esperando que salga el sol, también surge en mí la esperanza. El ritmo de la mañana y la tarde es fiable y aporta estabilidad. La parte más oscura y fría del día llega justo antes de que salga el sol y, sin embargo, el sol sale, trayendo luz y calor. La puerta del templo siempre mira hacia el este. Como un soldado disciplinado que se enfrenta a una inspección matutina, me levanto para encontrarme con Dios y presentar mi “templo” como un sacrificio vivo. Hago esto orando, leyendo mi Biblia y escuchando la voz de Dios antes de comenzar cualquier otra actividad. Este es un acto espiritual de adoración.
SANTO Y ACEPTABLE
Los sacrificios santos y aceptables que se hacían en el templo eran puros y sin mancha. Las vidas santas y aceptables están libres de pecado, mancha o culpa. Ese es el objetivo. También es imposible para cualquiera que no sea Jesús. Ningún cordero cubre nuestro pecado. Ningún sacrificio de comida deliciosa compensa nuestros errores. No podemos liberarnos del pecado. No podemos ser o llegar a ser santos o aceptables de forma independiente.
Sin embargo, eso es exactamente lo que se espera de nosotros “por las misericordias de Dios”. A lo largo del libro de Romanos, encontramos referencias a nuestra “libertad del pecado” (Romanos 6:7, 18, 22; 8:2, Apocalipsis 1:5). Cada uno nos recuerda que Jesús nos liberó tanto del pecado como de la muerte por Su sacrificio de sangre. No hay otra razón por la que seamos santos o aceptables. No hay otra forma en que Dios pueda estar cerca de las personas impías, y mucho menos vivir en nosotros como Él vivió en el Lugar Santísimo. Gracias a Jesús, nos hemos convertido en el lugar santísimo. Debido a que Jesús murió para hacernos aceptables ante Dios, debemos estar motivados para esforzarnos por vivir como Él, un sacrificio voluntario de adoración. Los creyentes miramos Su ejemplo y Palabra para dirigir nuestros pensamientos, acciones, decisiones y vida.
Hágalo Algo Personal: La pureza es importante para Dios. ¿En qué áreas de su vida se está dirigiendo Dios hacia la pureza? ¿Cómo el saber que nunca será perfecto de este lado de la muerte se alienta o desalienta en sus esfuerzos?
Ore: Gracias, Señor, por purificar mi corazón impuro. Ayúdame a ofrecerme diariamente como sacrificio vivo. Quiero continuar la buena batalla contra el pecado, la tentación y la distracción. Ven a vivir en mí. Me ofrezco como templo a Tu presencia y como lugar de adoración. Ayúdame a recordar mi propósito de seguir a Jesús, el “primogénito de los muertos” que “nos ama y nos libera” (Apocalipsis 1:5).
Leer: Romanos 6:20-22; Romanos 8:1-4; Apocalipsis 1:5
Versículo de Memorizar de la Semana: “...si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.” 2 Crónica 7:14, NVI