Martes - CUANDO SE QUITAN LAS BARANDILLAS


CUANDO SE QUITAN LAS BARANDILLAS

Micah Smith

Escritura de Hoy: "Desde los días de nuestros antepasados hasta hoy, nuestra culpa ha sido grande. Debido a nuestras maldades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes fuimos entregados al poder de los reyes de otros países. Hemos sufrido la espada, el cautiverio, el pillaje y la humillación, como nos sucede hasta hoy." Esdras 9:7, NVI

Tema: El pecado habitual tiene graves consecuencias: no siempre es el castigo de Dios, sino el resultado de vivir sin Él.

EL PESO DE LA DECEPCIÓN

No recuerdo exactamente qué hice mal en la universidad, y probablemente se deba a lo que vino después, cuando se lo conté a mis padres. Estaba listo para que se enojaran. Estaba preparado para las consecuencias, las restricciones, para que lo atribuyeran a: "Necesitas crecer", tal vez incluso para aislarme financieramente. Para lo que no estaba preparado era para su decepción.

En casa, durante un descanso, comenté la decisión estúpida que había tomado... y solo hubo silencio... No hubo gritos, ni risas, ni castigo inmediato. Solo un silencio denso, seguido de mi madre diciendo: "Solo estamos... decepcionados. Te criamos mejor que eso". Esas palabras me golpearon más fuerte que cualquier castigo. En ese momento, me di cuenta de algo que lo cambió todo: ya era adulto. Ya no me iban a decir qué hacer, porque no podían. Se habían caído las barreras, y por primera vez, comprendí el peso aterrador de esa libertad.

Hasta ese momento, la vida había estado perfectamente estructurada: el preescolar me llevó a la primaria, que a su vez me llevó a la secundaria y luego a la preparatoria. Cada año tenía expectativas claras, objetivos definidos y sistemas de apoyo integrados. Había reglas y expectativas en casa (barreras) para cada etapa de mi vida. Pero de repente, me enfrenté a un futuro donde el camino no estaba predeterminado. Podía perseguir mis sueños o abandonarlos. Podía crear experiencias hermosas, o podía autodestruirme. Podía construir mi carácter o destruirlo. Las decisiones eran mías... y también las consecuencias.

CUANDO LAS NACIONES SE PIERDEN

Israel experimentó algo similar, pero a escala nacional. La confesión de Esdras revela un patrón que se había estado construyendo durante generaciones. Dios les había dado una guía clara: sus leyes, su presencia, su protección. Pero como un joven adulto que pone a prueba los límites, siguieron empujando esas barreras hasta que finalmente, no quedaron.

Su exilio no fue una desgracia aleatoria ni un castigo divino en el sentido tradicional. Fue la consecuencia natural de elegir vivir sin la guía de Dios. Observe cómo Esdras no dice: "Pecaron". Dice: "Hemos estado en gran culpa". Aunque él personalmente no era culpable de los pecados que menciona, se identifica con el fracaso de la comunidad. No hay juego de culpas: solo confesión honesta y responsabilidad compartida.

Así como el pecado puede tener consecuencias generacionales, rara vez afecta solo a la persona que peca. Mis errores en la universidad no solo me impactaron a mí, sino que decepcionaron a quienes me amaban y habían invertido en mí. La rebelión de Israel no solo afectó a esa generación. Creó ciclos de confianza rota, exilio y vergüenza que heredaron sus hijos.

Hazlo Algo Personal: ¿En qué aspectos de tu vida has perdido la confianza? ¿Hay áreas en las que vives con el peso de decepcionar a quienes creyeron en ti? ¿En qué áreas podrías pasar de "su pecado" a una responsabilidad compartida? ¿Cómo podría la confesión honesta y asumir la responsabilidad, como lo hizo Esdras, ser el primer paso hacia la restauración de tus relaciones o tu caminar con Dios?

Ore: Dios Padre, gracias por la libertad que nos has dado para elegir nuestros propios caminos. Ayúdame a entender que esta libertad no es una licencia para hacer lo que quiera, sino una oportunidad para convertirme en quien Tú me creaste para ser. Cuando te haya decepcionado a Ti y a otros con mis decisiones, dame la valentía de confesarte honestamente y asumir la responsabilidad. Ayúdame a construir un carácter que te honre, incluso cuando nadie me ve. En el nombre de Cristo Jesús, amén. 

Leer: Esdras 9:1-15

Versículo de Memorizar de la Semana: “Con alabanza y agradecimiento entonaron el siguiente canto al Señor: “¡Él es tan bueno! ¡Su fiel amor por Israel permanece para siempre!’” Esdras 3:11a, NTV