BUENOS PLANES PARA JONÁS, JESÚS Y YO
Kendra Intihar
Escritura de Hoy: “’Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos, afirma el Señor. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!’” Isaías 55:8-9, NIV
Tema: Aunque no me gusten mis circunstancias, puedo confiar en que los planes de Dios son buenos.
UN POCO DRAMÁTICO
Probablemente no se supone que elijamos historias bíblicas favoritas, pero solo entre usted y yo, Jonás está entre mis cinco primeras. Nunca me he relacionado más con un héroe de la Biblia que ese momento en el capítulo 4 de Jonás, cuando su planta de sombra se seca y Dios dice: "¿Está bien que te enojes por la planta?" Y Jonás responde: “¡Sí, es correcto! ¡Estoy lo suficientemente enojado como para morir!”
Amigos, ese es un drama a nivel de leyenda. Dios le dio una planta sorpresa para dar sombra, y luego, cuando Dios le quitó la misma planta, Jonás le dijo a Dios que estaba tan enojado que podría morir. Jonás y yo seremos mejores amigos en el cielo.
JONÁS Y JESÚS
Los Evangelios nos informan que tal vez la historia de un Jonás muy imperfecto apuntaba todo el tiempo a la historia de un Salvador perfecto (Mateo 12:38-42). La diferencia clave entre las dos historias es esta: mientras que Dios tuvo que arrastrar a Jonás quien estaba pateando y gritando a su ministerio predestinado, Jesús entró voluntariamente en el ministerio que estaba preparado para él.
Hay varios paralelos entre Jesús y Jonás que los lectores del primer siglo habrían notado de inmediato: la historia de Jonás registra un mar que se calmó milagrosamente, y los cuatro Evangelios registran que Jesús también calmó el mar milagrosamente. La historia de Jonás registra una “sepultura” de tres días, tal como Jesús estuvo sepultado tres días. La historia de Jonás tiene el cumplimiento del plan de Dios de predicar un mensaje de salvación a los gentiles (específicamente a los ninivitas), y Jesús deja claro que, aunque vino a los judíos, el mensaje ahora sería dado a otros (Marcos 12: 1-11).
LA PACIENCIA DE DIOS
Jonás buscó al Señor en el vientre de ese pez porque estaba al final de sí mismo. ¿Qué más podía hacer? Dios lo rescató, y luego Jonás, a regañadientes, llevó las Buenas Nuevas a Nínive. Nunca vemos a Jonás llegar al arrepentimiento por sus rabietas, pero sí vemos a nuestro Dios educando gentilmente a Jonás hasta el final. "... ¿Y yo no habría de tener piedad de Nínive, esa gran ciudad con más de ciento veinte mil habitantes...?" Jonás 4:11 (RVC). Cuán paciente es el Señor Dios con nosotros. Cuán ansioso está por que nos acerquemos a Él y tengamos ideas afines a Él (ver Filipenses 2:5).
Estoy muy animada por esta historia. Jesús es el Mesías que viene a cumplir perfectamente a los profetas (Mateo 5:17). La historia de Jonás me recuerda que, en Cristo, mi camino será perfecto. Al igual que con Jonás, Dios cumplirá sus planes en mi vida, aunque deba arrastrarme (tiernamente) en el camino.
Hágalo Algo Personal: ¿Alguna vez tiene usted momentos como los de Jonás? ¿Momentos en los que está tan frustrado (o triste, solo, o confundido...) que solo quiere agitar su puño hacia Dios? Cuando estamos al final de nosotros mismos, estamos en la mejor posición posible para renunciar al control y dejar que Dios haga su voluntad en nuestras vidas. Dios es fiel, incluso cuando nos comportamos como Jonás, un pensamiento esperanzador para todos nosotros.
Ore: Dios, ayúdame a recordar Tu gran amor por mí y por las personas que pones en mi camino. Déjame andar en el ministerio que Tú has preparado perfectamente para mí sin quejarme ni murmurar. Y, cuando esté “enterrado” en problemas creados por mí mismo, ayúdame a buscar de todo corazón Tu rostro. En el nombre de Jesús. Amén.
Leer: Isaías 41:10; 1 Pedro 5:6-7; 1 Tesalonicenses 5:18
Versículo de Memorizar de la Semana:
"Recurran al Señor y a su fuerza;
busquen siempre su rostro". Salmos 105:4 NVI