APARTADOS
Jenna Worsham
Escritura de Hoy: “Si alguien se mantiene limpio, llegará a ser un vaso noble, santificado, útil para el Señor y preparado para toda obra buena.” 2 Timoteo 2:21, NVI
Tema: Dios nos ha llamado a estar apartados
CEREMONIALMENTE LIMPIO O IMPURO
En el Antiguo Testamento hay instrucciones detalladas sobre cómo ser ceremonialmente limpio o impuro. El libro de Levítico describe las condiciones que causan que una persona (o animal, vasija, edificio o tela) se encuentre en un estado limpio o impuro, y qué hacer al respecto si algo o alguien se vuelve impuro. Hay muchas reglas confusas y aparentemente sin sentido. Quémalo, rómpelo, no lo comas, espera 7 días, revísalo, báñalo, aféitalo, ofrece un sacrificio expiatorio y si cumple con los criterios, vuelve a estar limpio. Esas soluciones no son todas para las personas: algunas son para animales, otras para embarcaciones, pero se entiende la idea.
“Así apartarán ustedes de sus impurezas a los hijos de Israel, a fin de que no contaminen mi tabernáculo, que está entre ellos, ni mueran por sus impurezas.” (Levítico 15:31, RVC). La limpieza muestra honor. La limpieza ceremonial distingue a quienes siguen las instrucciones detalladas. La limpieza periódica brinda respeto y honor a quien prescribe el ritual. Permanecer ceremonialmente limpio requiere obediencia, tiempo para prepararse y compromiso.
SER APARTADO SE APLICA HOY
La Escritura de hoy (2 Timoteo 2:21) es un puente entre la ley levítica y una instrucción duradera sobre cómo estar preparado para el servicio al Señor y Maestro. Dentro de la iglesia primitiva, la Ley y las costumbres judías eran familiares. Las personas y los vasos santos, apartados y limpios se entenderían ceremonialmente limpios según la Ley. Los artículos limpios son útiles para cocinar, en el templo, para sacrificios, como alimento, como refugio y como ropa. Las personas impuras no pueden acercarse demasiado a Dios, pueden contaminar a otros y necesitan limpiarse si quieren regresar a un estado ceremonialmente limpio. El pueblo de Dios trató de mantenerse ceremonialmente limpio pero muchas veces no fue posible debido a la vida diaria. Los sacerdotes necesitaban especialmente permanecer limpios debido a sus deberes. Estar impuro era inconveniente para la preparación de comidas, las tareas diarias y la capacidad para realizar sus deberes sacerdotales. Los sacerdotes fueron apartados.
Y ustedes, la Iglesia de hoy: “Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien los hechos maravillosos de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.” ( 1 Pedro 2:9, RVC). Ustedes. también son un sacerdocio apartado.
PRÁCTICAS PURIFICANTES MODERNAS
Hoy en día, a los cristianos todavía se les exige observar algunos rituales que nos distinguen como santos: el bautismo, la Cena del Señor y la observancia semanal del Dia de Reposo, por nombrar algunos. El bautismo, por ejemplo, nos separa del mundo al mostrar obediencia tan pronto como confesamos una fe salvadora en Jesús. Recrea una muerte, resurrección, limpieza y renacimiento simbólicos como ejemplo y testimonio para los demás. Salimos del agua purificados, apartados como santos y preparados para la buena obra de Dios. Así como los israelitas seguían las leyes sobre qué comer (kosher) o cómo lavarse (manos, pies, cuerpo), nuestra sumisión y obediencia en las prácticas santas nos prepara para ser útiles al Maestro.
Hágalo Algo Personal: ¿Cómo nos preparan los rituales como la comunión y la observancia del Día de Reposo para venir a la presencia de Dios? ¿De qué manera nos distingue nuestra obediencia en esas áreas? ¿De qué manera nuestra obediencia nos prepara para ser útiles al Maestro y estar listos para el buen trabajo? Considere en qué se diferencia la idea de “limpio” de la idea de “sin pecado”. ¿Por qué es importante la distinción?
Ore: Amado Dios, gracias por darnos una manera de acercarnos a Ti de manera segura y con el debido respeto. Ayúdame a conectar los puntos de Tus leyes y rituales para Israel con Tus instrucciones aplicables a mí hoy. Por favor, ayúdame a comprender todo lo que necesito y a confiar en Ti con las cosas que aun no comprendo del todo. Gracias por los muchos recursos disponibles para mí para que pueda aprender y comprender. Ayúdame a seguir bien las instrucciones claras (como las del bautismo, la Cena del Señor y el Dia de Reposo) para estar preparado para cada buena obra que has planeado.
Leer: Levítico 18:1-5; 2 Timoteo 2:1-7, 20-21; Mateo 23:26