VER CON OJOS DE FE
Jenna Worsham and Carey Madding
Escritura de Hoy: “No juzguen por las apariencias; juzguen con justicia.” Juan 7:24, NVI
Tema: No eres lo que la gente ve. Otros son más valiosos de lo que puedas imaginar. La fe hace posible ver su valor.
LITTLE BOY Y JAP (NIÑO PEQUEÑO Y JAP)
A lo largo de la película "Little Boy", se otorgan juicios erróneos y apodos groseros basados en las apariencias. Era difícil ver cómo la gente del pueblo se burlaba y perjudicaba a Pepper por su pequeña estatura, su obsesión con la fe mágica y por su asociación con Hashimoto, quien fue abusado por ser de ascendencia japonesa. Su improbable amistad resalta las diferencias que permitimos que nos dividan, pero también revela nuestro potencial para superar por encima de lo feísmo perpetuado por nuestras propias culturas (en este caso, los prejuicios alimentados por la guerra). Lo que los compañeros de Pepper vieron como debilidad lo impulsó a crear una relación con alguien diferente a él en un momento en que la mayoría de la gente no podía imaginar cambiar la persecución por la cortesía común, y mucho menos la amabilidad.
FE COMO EL SOLDADO ROMANO
Tanto en los Evangelios de Mateo como en los de Lucas, escuchamos la historia de un Centurión Romano, que buscó a Jesús para la sanación de su siervo. Cruzó las líneas culturales, se arriesgó al rechazo y al ridículo, y se acercó con gran fe a Aquel de quien solo había oído hablar a través de historias de multitudes y sanación. Su desesperación, como la de Pepper, lo hizo salirse de las normas. Mateo dice que "apeló" a Jesús. Lucas dice que envió a un emisario de judíos importantes para suplicarle a Jesús. Él no trató de mandarle. ¡Y todo esto para un sirviente! ¡Qué compasión!
El Centurión no mostró ningún sentido de derecho. Como jefe supremo de la fuerza de ocupación en Israel, esa habría sido la respuesta humana más probable. Sin embargo, cuando Jesús accedió a ir a su casa y sanar a su siervo, el Romano no quiso molestarlo; no quiso presumir de mandar a Jesús; no se sentía digno de que el Señor Jesús entrara en su morada gentil. Lejos de las diferencias culturales y religiosas que los separaban, el Centurión permitió que la gran distancia entre su humanidad y el santo Hijo de Dios rompiera su corazón y envalentonara su fe. ¡Y Jesús lo felicita por ello! Más que cualquier Judío, comprendió el poder y la autoridad de Jesucristo y se sintió humilde, no ofendido.
¿A DÓNDE LO LLEVA SU DESESPERACIÓN?
En tiempos de crisis médica, agitación cívica o agitación financiera, ¿qué le causa hacer su miedo? ¿Culpar a otros? ¿Alejarse de Dios en la crisis? Así como el ataque a Pearl Harbor se convirtió en odio hacia los japoneses, hubo ataques contra los Asiáticos después de que se descubrió que el coronavirus había comenzado en China. Hay odio por los partidos políticos de oposición. Muchas veces, los creyentes tienen prejuicios contra las personas con una agenda cultural que no coincide con la suya. Nuestra compasión por el inmigrante o la persona de otra religión a veces se ve tensa por nuestro miedo. Pero la misericordia y la compasión se pueden sentir y mostrar, incluso en situaciones radicalmente opuestas, si no actuamos por miedo sino por el poder y el amor de un Dios santo.
Hágalo Algo Personal: Sí busco en mi vida áreas de miedo, frecuentemente, busco a alguien o algo a quien culpar. Pueden convertirse en el enemigo. ¡Cuidado con esta transferencia! Ame a las personas, incluso a las que son diferentes. Cuide de los que piensan, se ven y actúan de formas que no entiende. Dios los ama. ¡Y Él me ordena que los ame también!
Ore: Dios Padre, ayúdame a mirar la hermosa creación e hijos de Dios en cada persona que encuentro. Aunque es posible que aún no crean en Tu Hijo, Tú crees en ellos y los amas con un amor sacrificial. Ayúdame a hacer lo mismo. Ayúdame a operar en la fe, cruzando todo tipo de límites para alcanzar a otros para Ti, y juzgar correctamente en mi trato con cada persona. Espíritu Santo, dame discernimiento. Espíritu Santo, convénceme de pensamientos erróneos y prejuicios. Ayúdame a tener una gran fe, creyendo en el valor de los demás por Ti, Señor Jesús. En Tu Nombre oro. Amén.
Leer: Lucas 7:1-10; Gálatas 3:23-29; Génesis 1:26-31
Versículo de Memorizar de la Semana: “Si tuvieran fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a esta montaña: ‘Trasládate de aquí para allá’, y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible.” Mateo 17:20b, NVI