SÉ APASIONADO
Kimberly Lawrence
Escritura de Hoy: “Yo sé todo lo que haces, y sé que no eres frío ni caliente. ¡Cómo quisiera que fueras frío o caliente!” Apocalipsis 3:15, RVC
Tema: Vivir cómodamente tibio y apático no es aceptable para Dios.
LLENO DE TI MISMO
Cuando pienso en mis propios años de adolescencia, me avergüenzo. Para mí, esa fue una etapa de la vida marcada por la autoimportancia, el egocentrismo y todo lo que creía saber. Pasaba más tiempo felicitándome a mí misma que permitiendo que el Espíritu Santo me llenara. Afortunadamente, tuve padres que me mantenían en línea. Recuerdo a mi madre diciéndome: “¡No estés tan llena de ti misma!” Ella vio, y corrigió, mi actitud de orgullo y arrogancia
En Apocalipsis 3:15, Jesús también reprendió a la iglesia de Laodicea, una comunidad de creyentes rica y autosuficiente que se había vuelto complaciente en su fe. Las palabras del Señor Jesús calaron hondo: “No eres ni frio ni caliente”. Mientras se regodeaban en la autosuficiencia y la abundancia, Jesús les hizo ver su incapacidad para reconocer su verdadera condición: miserables, dignos de lástima, pobres, ciegos y desnudos. La fe tibia desagrada a Dios porque refleja corazones indiferentes, que no lo rechazan por completo, pero tampoco lo aman ni lo sirven de verdad.
LA CONDICIÓN INTERIOR
Al igual que hoy, esta indiferencia no se limitaba a una sola región, grupo de personas o iglesia. Jesús también se dirigió a la iglesia de Sardis diciendo: “Yo sé todo lo que haces y que tienes la fama de estar vivo, pero estás muerto. 2 ¡Despierta!”. (Apocalipsis 3:1-2, NVI). Las apariencias externas son vanas. Pueden ocultar la decadencia interior: una máscara de actividad que esconde la falta de vitalidad espiritual y de conexión con Dios.
Una vida tibia es arrogancia espiritual… una especie de actitud de “con o sin Ti, Dios”. Supone que podemos pasar por la vida sin una plena dependencia de Dios, disfrutando de Sus bendiciones mientras ignoramos Su llamado a la santidad. En realidad, esto no es más que ceguera ante nuestra propia pobreza espiritual. La apatía se infiltra cuando la comodidad reemplaza la convicción, y la autosuficiencia reemplaza la rendición
Hazlo Algo Personal: Dios desea una devoción apasionada, no una religión tibia. Nos llama a arder con fervor, a amarlo con todo el corazón y a vivir dependiendo diariamente de Su gracia. Permanecer tibios es insultar la Cruz, actuar como si el sacrificio de Cristo mereciera una respuesta indiferente. Analicemos en qué áreas de nuestra vida espiritual nos hemos vuelto tibios: la oración, la lectura de la Biblia, el servicio, la generosidad y la asistencia a la iglesia. Adoración dominical y testimonio. ¡Encendamos la llama!
Ore: Dios Señor, perdóname por alejarme y volverme tibio. Aviva mi corazón y mi pasión por Ti. Ayúdame a depender plenamente de Tu gracia, a vivir con valentía para Tu gloria y a nunca conformarme con la apatía en mi relación Contigo. En nombre de Cristo Jesús, Amén.
Lecturas: Romanos 12:11; Hebreos 6:11-12; Mateo 24:12-14
Versículo de Memorizar de la Semana: “Tú dices: “Yo soy rico; he llegado a tener muchas riquezas. No carezco de nada.” Pero no sabes que eres un desventurado, un miserable, y que estás pobre, ciego y desnudo.” Apocalipsis 3:17, RVC