Lunes - POBRES EN ESPÍRITU; RICO EN PRESENCIA


POBRES EN ESPÍRITU; RICO EN PRESENCIA

Kyle Laws

Escritura de Hoy: “Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.” Mateo 5:3, NVI

Tema: Quienes son pobres financiera o espiritualmente son bendecidos porque reconocen con mayor facilidad que necesitan a Dios.

POBRES EN ESPÍRITU

Jesús comienza el Sermón del Monte con lo que parece ser una paradoja. En un mundo que busca la riqueza, el estatus, la validación y la autosuficiencia, Jesús dice que la bendición pertenece a los “pobres en espíritu”. ¿Qué significa ser “pobre en espíritu”? Es reconocer que, sin Dios, estamos espiritualmente en bancarrota. Es acudir a Él, no con confianza de uno mismo, sino reconociendo que dependemos completamente de Él. Cuando dejas de depender de tus propias fuerzas, tus ingresos o tus planes, creas espacio para que el reino de los cielos entre en tu ahora. 

AGOBIADO POR LAS FINANZAS

Hay épocas en la vida en las que nos sentimos despojados, financiera, emocional e incluso espiritualmente; pueden ser terribles. Podemos preguntarnos dónde está Dios cuando la renta se tiene que pagar, cuando nuestros armarios están vacíos o cuando evitamos revisar nuestra cuenta bancaria por la ansiedad que nos causa. Pablo dice en 2 Corintios 6:2: “¡En el momento preciso, te oí! En el día de salvación te ayudé”. Pablo no les dice esto a quienes disfrutan del lujo. En el mismo capítulo, habla de aflicciones, dificultades, palizas, encarcelamiento y hambre. ¿Cómo puede ser “ahora” el momento favorable cuando soportamos tanta turbulencia financiera? La escasez financiera expone nuestras vulnerabilidades más profundas; nos humilla y desmantela la creencia de que somos quienes lo mantenemos todo en pie. Nos obliga a reconocer, incluso en nuestra incertidumbre e insuficiencia, que “¡ahora es el día de salvación!”. El favor de Dios no es algo que ganamos con el éxito o los logros; es algo que recibimos cuando somos conscientes de que no somos la fuente de nuestra propia vida ni de nuestra provisión. ¿Qué tal si la carencia que percibes, ahora mismo, no es una señal de la ausencia de Dios, sino una invitación a Su presencia?

EL REINO

Fíjate en que Jesús dijo: “El reino de los cielos les pertenece”. No dijo “será”, sino ¡ES! El reino no es una esperanza futura; es una realidad presente a la que podemos acceder cuando nos volvemos pobres de espíritu. “Porque el reino de Dios está entre ustedes.” (Lucas 17:21b, RVR). Cuando dejamos de aferrarnos y empezamos a recibir, cuando dejamos de esforzarnos y empezamos a confiar, empezamos a experimentar el reino aquí y ahora. Pero este reino está oculto a la vista de los orgullosos; está oculto para quienes están obsesionados con controlar los resultados o ganar estatus. Los pobres de espíritu, aquellos que se han rendido al presente, pueden percibirlo.

VIVIR PLENAMENTE

Jesús vivió plenamente el presente; nunca parecía tener prisa. No vivía movido por la ansiedad ni la distracción. Ya fuera enseñando, sanando a otros u orando solo, estaba completamente presente en lo que el Padre hacía en cada momento. “De cierto, de cierto les digo: El Hijo no puede hacer nada por sí mismo, sino lo que ve que el Padre hace; porque todo lo que el Padre hace, eso mismo lo hace el Hijo.” (Juan 5:19). Esta conciencia de ver lo que el Padre hace requiere estar arraigado en el presente. Vivir en esa comunión con Dios mientras nos fijamos en lo que está atrás o adelante es imposible. Jesús nos invita a esa misma vida de atención y apertura confiada. Nos enseñó a orar por nuestro pan de cada día, no por la provisión de mañana. Nos dice que el Padre conoce nuestras necesidades incluso antes de que las pidamos, así que no tenemos que esforzarnos ansiosamente.

Hazlo Algo Personal: El Salmo 46:10a nos instruye: “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios.”. Cuanto más despertamos a la complejidad del momento presente, más reconocemos lo poco que realmente sabemos. Al aceptar nuestro desconocimiento, damos paso a la confianza y comienza la verdadera entrega. ¿Cómo se ha convertido tu "pobreza" en una bendición en el pasado? ¿Podría ser "ahora" el momento propicio en tu vida, incluso considerando cualquier déficit o lucha?

Ore: Dios Señor, venimos ante Ti no con riquezas, sabiduría ni fuerza, sino con vacío, manos abiertas y corazones anhelantes. Enséñanos a soltar las riendas de la vida. En la quietud, recuérdanos que no tenemos que saberlo todo, solucionarlo todo ni ser suficientes por nosotros mismos. Forma en nosotros un espíritu que confíe plenamente en Ti, incluso en la incertidumbre, incluso en la espera. Enséñanos a no confiar en nuestro propio entendimiento, sino a descansar en la sabiduría que es superior a la nuestra. Guíanos a detenernos y a contemplarte verdaderamente.

Leer: 2 Corintios 6; Lucas 17:21; Salmo 46:10

Versículo de Memorizar de la Semana: “Cuando vio a las multitudes, subió a la ladera de una montaña y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, tomó él la palabra y comenzó a enseñarles.” Mateo 5:1-2, NVI