Lunes - EN EL PLAN DE DIOS


EN EL PLAN DE DIOS

Escritura de Hoy: “Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente”. Genesis 50:20, NVI

Tema: Entregar su vida, su planes y sus recursos le permite a Dios cumplir Sus planes y propósitos.

UN COMIENZO DIFÍCIL

A una edad temprana, José enfrentó muchos desafíos. Fue odiado, vendido como esclavo y luego encarcelado en Egipto. Incluso cuando vivía correctamente y honraba a Dios, las cosas iban mal. Fuerzas fuera de su control lo dejaron atrapado en prisión por más tiempo del necesario, a pesar de que Dios todavía estaba obrando en él y a través de él. ¿Todos los sueños que Dios le había dado cuando era joven? Esos tenían que ser devueltos a Dios. Al menos por un tiempo, su vida y sus planes estuvieron a merced de alguien más.

LO QUE DIOS ESTABA HACIENDO

Durante estos años, José maduró en su fe. Su orgullo le fue despojado. Añoraba a su padre y a su hermano menor. Aprendió no sólo a soñar sueños, sino a interpretarlos. Dios estaba en los intrincados giros y vueltas de la vida y el destino de José. Sólo tenía que admitir que sólo Dios tenía el control. Sólo Dios conocía su futuro. Sólo Dios sabía la diferencia que José haría en la vida de tantas personas.

Hágalo Algo Personal: Así como José entregó su vida y sus planes, hay un punto en el que debemos entregar los nuestros. ¿Ya hizo usted eso? Quizás su sueño sea un sueño dado por Dios. Aun así, el momento depende de Él. Busque entregarse a Dios esta semana y vea qué sucederá.

Ore: Dios Padre, hago mis propios planes todo el tiempo. Ayúdame a estar abierto a Tus planes. Ayúdame a entregarte mis sueños y planes. Los tuyos son mucho mejores. Tus planes tienen valor eterno. Tienes un propósito para mí, mucho más que realizar mis tareas. Ayúdame a escuchar Tu voz. En Tu Nombre oro, amén.

Leer: Génesis, Capítulos 37 y 40

Versículo De Memorizar de la Semana “Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya”. Lucas 22:42 (NVI)