Lunes - DIME EL PLAN DE DIOS


DIME EL PLAN DE DIOS

Sarah Sloan

Escritura de Hoy: “Finalmente, todos los ancianos de Israel se reunieron en Ramá para hablar del asunto con Samuel.  “Mira, Samuel, le dijeron, ya eres anciano y tus hijos no son como tú. Danos un rey para que nos juzgue, así como lo tienen las demás naciones.’” 1 Samuel 8:4-5, NTV 

Tema: Al igual que los hijos de Israel, frecuentemente le pedimos a alguien más que nos diga el plan de Dios para nuestras vidas en lugar de escuchar a Dios y dejar que Él mismo nos gobierne y nos guíe.

RÁPIDO Y FÁCIL

Nuestro mundo se mueve a un millón de millas por minuto. Todo se nos viene encima tan rápido. Frecuentemente sentimos que, si no nos movemos a una velocidad precipitada de constante movimiento físico y mental, nos estamos quedando atrás. El FOMO (miedo a perderse algo) es algo real. Sentimos profundamente que necesitamos ser parte de lo que hacen los demás y, si no lo somos, lo estamos haciendo mal.

De muchas maneras, somos muy similares a los israelitas en el Antiguo Testamento. En 1 Samuel, vemos que los israelitas una vez más estaban eligiendo la conveniencia y lo falso por encima de una relación de calidad con Dios. Habían estado permitiendo que Dios los guiara y liderara. Sin embargo, cuando miraban a las naciones a su alrededor (que tenían gobernantes y realeza terrenales), sentían que se estaban perdiendo de algo. Deseaban respuestas rápidas y fáciles. Querían ser culturalmente relevantes. Tenían un serio FOMO al ver cómo otras naciones estaban haciendo las cosas.

RECHAZANDO A DIOS COMO REY

El camino de Dios no era suficiente. No encajaba con las normas culturales. Y, para ser honestos, escuchar a Dios requería demasiado tiempo, esfuerzo y paciencia. También estoy segura de que los israelitas sentían que las respuestas y los requisitos de Dios se oponían a sus propios deseos. En cambio, querían un rey humano al que pudieran ver, con el que pudieran razonar (y discutir), y que fuera cambiante y maleable. Se necesita fe para seguir a un Rey invisible y todopoderoso.

Con los años, la motivación de sus corazones había cambiado. Ya no querían escuchar a Dios. Al hacerlo, cambiaron la intimidad con el Dios vivo por la comodidad y la conformidad.

HACIENDO ESPACIO PARA DIOS

Personalmente, sé lo difícil que puede ser para mí encontrar el espacio mental y El espacio del corazón para sentarme en silencio y buscar a Dios. Escuchar Su voz y discernir Su guía y dirección a veces puede hacerme sentir como si estuviera perdiendo tiempo valioso o como si no estuviera escuchando nada en absoluto. Es difícil saber exactamente adónde me guía Dios o qué está diciendo. Se necesita paciencia. Se necesita dedicar tiempo a la Palabra. Se necesita buscar a Dios en oración. Y se necesita la disposición a aceptar y obedecer todo lo que Dios revela.

En Mateo se nos instruye: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá.” (Mateo 7:7, NVI). Estas son palabras de acción que nos exigen participar en la búsqueda de Dios y Su guía. Ante la incertidumbre, puede ser muy fácil buscar el consejo y la guía de amigos, familiares y la cultura en general, pero estos nunca podrán reemplazar la voz del Señor Dios mismo. Debemos “orar sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17, NVI) y estar dispuestos a reducir la velocidad lo suficiente para escuchar la voz apacible y serena de Dios.

Estas no son cosas para las que hemos sido entrenados. Quedarnos quietos, esperar pacientemente… son dolorosos. Y, sin embargo, nuestro Padre anhela una relación profunda y duradera con nosotros. Anhela intimidad con nosotros y anhela que experimentemos una vida abundante.

Hazlo Algo Personal: Dios quiere lo mejor para ti. Tiene un plan maravilloso para tu vida. Él dice: “Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes, afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”. (Jeremías 29:11, NVI). El proceso de descubrir la voluntad de Dios para tu vida es una verdadera invitación a una mayor intimidad con Él. Él anhela que lo busques tanto como anhela revelarse a ti. Dedica hoy un tiempo a estar en silencio con Dios. Pídele que te revele tus próximos pasos y disponte a escuchar y obedecer.

Ore: Dios, quiero acercarme a Ti primero, antes de buscar el consejo o la opinión de nadie. Quiero estar dispuesto a sentarme Contigo en silencio, para conocerte mejor y escuchar Tu voz. Ayúdame a aquietar mi alma y a crear en mí un nuevo anhelo por Ti. Quiero buscar Tu rostro. Ayúdame a dejar de lado mi voluntad para obedecerte. Guíame y ayúdame a profundizar mi relación Contigo. Amén.

Leer: Proverbios 3:5-6, 16:9,Salmos 119:105, 34:4-5

Versículo de Memorizar de la Semana: “Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.” 2 Crónicas 7:14, NVI