NADIE ESTÁ DEMASIADO PERDIDO
Kimberly Lawrence
Escritura de Hoy: “Al ver esto, todos empezaron a murmurar: “Ha ido a hospedarse con un pecador.’” Lucas 19:7, NVI
Tema: No dejes que el juicio, la queja y la desaprobación te impidan amar a los demás.
OPINIÓN PÚBLICA
Cuando Jesús decidió entrar en la casa de Zaqueo, la multitud se quejó. No entendían por qué un Maestro santo se acercaría a alguien a quien consideraban indigno. Los recaudadores de impuestos eran conocidos por su deshonestidad y extorsión, frecuentemente cobrando de más a la gente de Roma y quedándose con las ganancias. Toda la profesión estaba asociada con la avaricia, la corrupción y las ganancias injustas, y Zaqueo era el PRINCIPAL recaudador de impuestos. Sin duda, Jesús estaba cometiendo un gran error y, por alguna razón, ¡no sabía con quién se estaba relacionando! ¿Qué pensaría la gente? Pero Jesús no se detuvo a considerar las opiniones de la multitud. No se defendió ni explicó Sus motivos. Simplemente amó.
¿DEMASIADO PERDIDO?
¿Alguna vez has considerado a alguien "demasiado perdido" para compartir el Evangelio con esa persona, contarle tu propia historia de salvación o invitarlo a la iglesia? Quizás hayas pensado: "Nunca cambiarán". Cuando surgen esos pensamientos, es fundamental recordar que el amor no se guía por las opiniones populares. Se guía por el corazón de Dios, y Él frecuentemente obra en la vida de personas "inusuales" a través de nuestra disposición a amarlas. El corazón de Zaqueo cambió, no por un sermón ni por el sentimiento de la multitud, sino porque Jesús se acercó a él. La gracia que experimentó lo llevó al arrepentimiento y a la transformación. Admitió sus faltas y ofreció pagar cuatro veces más de lo que había recibido, demostrando que sabía que había pecado y que enmendaría su camino (Lucas 19:8). Probablemente la opinión pública consideraba a Zaqueo "demasiado perdido", pero Jesús lo honró por lo que planeaba hacer.
AMA CON VALENTÍA
Algunos podrían cuestionar tu bondad o criticar tu compasión cuando amas a quienes no merecen ser amados. En ocasiones, tus seres queridos podrían no entender por qué decides invertir en alguien que les parece indigno. Debemos recordar que todos somos pecadores indignos y hemos quedado destituidos de la gloria de Dios. Acercarnos a quienes otros dejaron es exactamente lo que hizo Jesús.
Hazlo Algo Personal: Una vez le pregunté a una amiga Cristiana cómo compartía su fe con los demás. Siempre parecía tan segura al hablar de Dios y Su obra en su vida. Yo como Cristiana nueva, admiraba eso y quería aprender a iniciar esas conversaciones. Se detuvo ante mi pregunta. Luego me explicó que había crecido en la iglesia. Todos en su familia eran Cristianos. Todos sus amigos eran creyentes. Incluso trabajaba en un preescolar patrocinado por la iglesia, así que las personas que la rodeaban a diario también eran creyentes. Después de considerar mi pregunta, me miró fijamente a los ojos y dijo: "Necesito salir más de mi círculo".
No lo había pensado, pero su oportunidad de compartir el evangelio FUERA de la iglesia era limitada porque prácticamente no tenía contacto con quienes no asistían a ella. Puede ser tentador aislarnos dentro del grupo de Cristianos. Pues bien, eso ciertamente nos hace sentir más seguros, también debemos tener cuidado de no aislarnos tanto que no tengamos la oportunidad de compartir las Buenas Nuevas con quienes nunca la han oído. ¿A quién te llama Dios a amar hoy, incluso si otros no aprueban sus decisiones o estilo de vida? ¿Hay voces de la opinión popular que necesitas silenciar para obedecer plenamente a Dios?
Ore: Dios Señor, ayúdame a vivir en Tu amor: valiente, compasivo y sin temor a lo que piensen los demás. Dame la valentía de obedecerte incluso cuando otros no lo aprueben. Ablanda mi corazón hacia los ignorados, los incomprendidos y los que sufren. Que mi amor guíe a otros hacia Ti, transformándolos, así como Tu amor me ha transformado a mí. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.
Lectura: Romanos 3; Lucas 5:30-32
Versículo de Memorizar de la Semana: “No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos. Pero vayan y aprendan qué significa esto: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios”. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.’” Mateo 9:12-13, NVI