Miércoles - UN ENFOQUE EQUILIBRADO


UN ENFOQUE EQUILIBRADO

Richard Harris

Escritura de Hoy: “Acepten a los creyentes que son débiles en la fe y no discutan acerca de lo que ellos consideran bueno o malo.” Romanos 14:1, NTV

Tema: No juzgues a nadie si el asunto es discutible (no es claramente un pecado).

Los temas de esta semana se enfocan en el juzgar. Creo que es sorprendente cómo nuestras Escrituras de hace dos mil años se aplican incluso a los asuntos actuales de hoy. Juan 6:37 (NVI) dice: “Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y el que a mí viene no lo rechazo”. Sin embargo, todavía tenemos nuestro libre albedrío, que nos hace responsables de todas nuestras acciones. Un ejemplo moderno de Romanos 14:1 podría ser cuando los creyentes con diferentes puntos de vista políticos eligen dejar de lado sus opiniones, enfocándose en darse la bienvenida unos a otros a través de su fe compartida y compromiso con Dios. Algunas personas ven a Dios como más liberal. Otras lo ven como más conservador. Todos tenemos la capacidad y el llamado de leer y aplicar las Escrituras de manera auténtica y lo mejor que podamos. ¿Cuál fue la razón por la que Pablo escribió esta carta a la iglesia en Roma?

¿NO PODEMOS LLEVARNOS BIEN TODOS?

La Iglesia primitiva de Roma fue fundada por judíos que se habían salvado como Cristianos poco después de la resurrección de Jesús. Esos primeros miembros trajeron consigo las tradiciones arraigadas de su fe anterior: adoración en sábado, circuncisión, prácticas de alimentación kosher. Cuando los gentiles encontraron a Cristo y se unieron a la iglesia, trajeron consigo sus propias diferencias espirituales. Jesús resucitó el domingo, por lo que algunos consideraban que el domingo era el día apropiado para adorar. No tenían leyes kosher, por lo que comer toda carne estaba bien. Esos primeros Cristianos Romanos compartían una fe común en Cristo resucitado, pero la discordia personal y los juicios creaban diferencias dentro de esa comunidad. La carta de Pablo a los romanos abordó esta división. “¿No podemos llevarnos bien todos?”, podría haber dicho. Opiniones diferentes, no ordenadas por Dios, estaban siendo juzgadas por aquellos que no compartían esas convicciones. Donde no había pecado, Pablo pidió aceptación y no discutir sobre supuestos derechos e injusticias.

CONFÍE MÁS EN DIOS

Pablo enfatizó un enfoque equilibrado. A través de la oración y la confianza, les pidió que permitieran que Dios fuera el juez supremo. La resolución temprana de conflictos comenzó en el terreno común de todas las partes regocijándose en el Señor y dando gracias. Hay muchos temas sobre los que la Biblia no dice nada. Ya sea débil o fuerte, Pablo enfatiza la aceptación. El fuerte debe sostener al débil. Nuestra Biblia nos dice que tenemos libertad, pero no el derecho a pecar. No juzguemos a los que no son pecados. Dios da la bienvenida tanto a los débiles como a los fuertes en la fe. La comunicación con Dios nos ayudará a comunicarnos entre nosotros. Es así de fácil.

Hazlo Algo Personal: Como Cristiano, ¿tratas a las personas de otras religiones con respeto, comprensión y tolerancia? ¿Entablas un diálogo con personas de otras religiones? ¿Oras por la salvación de todas las personas de todas las religiones? Estas son cosas que deberíamos estar haciendo. ¡Bien! Ahora... ¿muestras y siembras la misma tolerancia dentro de tu propia comunidad Cristiana... otros creyentes? Si es así, la discusión debe enforcarse en la unidad en torno a Jesús como Salvador y Señor. Esto es lo que Pablo estaba predicando a la iglesia en Roma. La discordia dentro de las filas conduce a una división que agrada al enemigo. Si estamos ocupados sirviendo a nuestro Maestro, no nos preocuparemos por asuntos triviales. Pregúntese: ¿Mis acciones agradarán a Jesús?

Ore: Dios Señor, te agradecemos por nuestras diferencias y libertades dentro de nuestra posición Cristiana. Con nuestra fe común, que podamos unirnos en una fe común en Cristo, para hacer Tus buenas obras en este mundo quebrantado. Que todos hagamos nuestra parte para protegernos de las divisiones que juzgan y pueden debilitar nuestra fe, y beneficiarnos unos de otros. Ayúdanos, Padre, a no permitir que nuestras opiniones sesgadas controlen a los demás. Con una fe unificada, oramos en el Nombre de Aquel que nos ha redimido: nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Amén.

Lea: Gálatas 5:13-15; Romanos 14:21-22; Colosenses 2:16-17; Juan 3:16; Mateo 7:15

Versículo de Memorizar de la Semana: “Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.” Juan 3:17, NTV