TOMAR, BENDECIR, ROMPER, DAR
Kendra Intihar
Escritura de Hoy: Quien ama el dinero, jamás tiene suficiente. Quien ama las riquezas, nunca recibe bastante. ¡Y también esto es vanidad!” Eclesiastés 5:10, RVC
Tema: El dinero es una prueba de carácter, no una fuente de felicidad.
“PAN”
En algún momento de la década de 1930, la lengua vernácula estadounidense adquirió una nueva palabra para el dinero: pan. Podías ganar pan, podías gastar pan, podías necesitar pan. “Pan” era la nueva forma de hablar sobre el dinero en efectivo. Tiene sentido si lo piensas. El pan es el alimento universal. Se puede encontrar en todos los países del mundo y en todas las tradiciones culinarias. Es una de las cosas que las personas de todo el mundo, a lo largo de las generaciones, tienen más probabilidades de comprar con el dinero que ganaron con tanto esfuerzo, así que si nuestro dinero se va a convertir en pan, es lógico que en algún momento la gente haya decidido pasar directamente al resultado y empezar a referirse al dinero como “pan”.
SEGURIDAD, ESTATUS, FELICIDAD
Tenemos la tendencia a poner nuestra fe en el dinero –o en el “pan”– para que nos traiga seguridad, estatus o felicidad. El atractivo de estas cosas buenas hace que sea fácil idolatrar la riqueza, pero Jesús dice que no podemos servir a Dios y al dinero a la vez. Debemos elegir si buscaremos nuestra sensación de seguridad en Jesús o en el dinero. Debemos elegir si nuestro estatus se basará en nuestra situación económica o en la declaración de Jesús de que somos suyos. Debemos elegir si encontraremos nuestra máxima felicidad en acumular y gastar dinero o en Jesús, quien creó nuestros corazones para desearlo a Él. Poner nuestra confianza en el dinero conduce a prioridades equivocadas y vacío espiritual, pero eso no significa que el dinero no sea una herramienta útil para lograr buenos fines en el reino de Dios.
LA FÓRMULA DEL PAN
Jesús tenía un modelo para lo que hacía cuando estaba en presencia del pan… el pan literal.
Cuando alimentó a los cinco mil, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio. (ver: Mateo 14:19, Marcos 6:41, Lucas 9:16, Juan 6:11)
Cuando alimentó a los cuatro mil, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio. (ver: Mateo 15:36, Marcos 8:6)
En la Cena del Señor, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio. (ver: Mateo 26:26, Marcos 14:19, Lucas 22:19)
Y yendo a Emaús, tomó con Cleofás el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio. (ver: Lucas 24:30)
Todas esas referencias de las Escrituras nos dan exactamente la misma “fórmula del pan” en exactamente el mismo orden: tomar, bendecir, partir, dar. De hecho, incluso Jesús mismo, el “pan de vida”, se TOMÓ a sí mismo a la tierra, fue BENDECIDO (Mateo 3:17), fue PARTIDO y DIO Su vida “en rescate por muchos” (Mateo 20:28).
Tomar, bendecir, partir, dar.
A medida que Dios aumenta nuestras finanzas – nuestro “pan”, como dirían algunos, podemos aplicar el modelo que hemos aprendido de Jesús en las Escrituras:
Toma el dinero que Dios te ha dado.
Bendice el dinero que has recibido dando gracias por Su provisión en tu vida.
Divide el dinero en partes que tú y otros puedan usar para la gloria de Dios.
Da generosamente a quienes Dios pone en el camino de tu “pan”.
Hazlo Algo Personal: Nuestro “pan” pertenece a Dios. No está destinado a satisfacernos ni sustentarnos; sólo Jesús puede hacerlo verdaderamente. Dios te ha confiado algunos de Sus vastos recursos. Esta semana, comprométete a tomar esos recursos, bendecirlos, partirlos y darlos, según el modelo que Jesús nos mostró en las Escrituras.
Ore: Dios Señor, gracias por bendecirme para que pueda ser una bendición para otros. Ayúdame a recordar que todo lo que tengo, últimamente, Te pertenece a Ti, y muéstrame cómo puedo devolvértelo a través de mi generosidad hacia los demás. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.
Lee: Hechos 20:35; Mateo 6:19-21
Versículo de Memorizar de la Semana: “Quien ama el dinero, jamás tiene suficiente. Quien ama las riquezas, nunca recibe bastante. ¡Y también esto es vanidad!” Eclesiastés 5:10, RVC