Somos Generosos: Semana 2

Guía del Discusíon

La semana pasada aprendimos que el diezmo es un acto de obediencia y confianza: devolverle a Dios lo que ya le pertenece. Esta semana exploraremos qué significa ir más allá: vivir una vida generosa con nuestro tiempo, talentos y recursos. La generosidad no es solo una transacción; es una transformación del corazón. No se trata de nuestras obras, sino de que Jesús pagó un alto precio por nosotros, y debemos desear vivir según ese principio. La generosidad no tiene límites. Cuando damos por amor, no por obligación, reflejamos el carácter de Cristo, quien lo dio todo por nosotros.

Qué necesitarás: (Los versículos resaltados a continuación están enlazados para que puedas acceder a ellos fácilmente durante tu tiempo de estudio.)

  • Una Biblia o tu aplicación de la Biblia,
  • un cuaderno,
  • un bolígrafo
  • y un resaltador

Inicio

1.     ¿En qué pasatiempos, rutinas diarias o artículos sueles gastar demasiado dinero? ¿Qué talento oculto tienes?

 

2.     Lean Deuteronomio 16:17 y 2 Corintios 9:6-8. Según estos versículos, ¿qué actitud debemos tener al dar? ¿Cómo podemos dar con alegría no solo dinero, sino también nuestro tiempo y habilidades?

 

3.     Lean 1 Pedro 4:10-11 y Mateo 25:14-30. ¿Qué dones o habilidades te ha confiado Dios? ¿Cómo puede el uso de tus dones para los demás glorificar a Dios? ¿De qué maneras podríamos estar desaprovechando nuestros talentos hoy en día? ¿Qué nos impide usarlos?

 

4.     Lean Efesios 5:15-17, Colosenses 3:23-24 y Mateo 6:21. ¿Qué nos enseñan estos versículos sobre cómo usamos nuestro tiempo? ¿Por qué a veces es más difícil dar tiempo que dinero? ¿Cómo se manifiesta la generosidad con nuestra presencia: ¿escuchando, ayudando o sirviendo? ¿Qué revelan nuestros "tesoros" sobre nuestro corazón?

Pasos a Seguir: Evalúen qué área —tiempo, talento o tesoro— les resulta más fácil dar. ¿Cuál es la más difícil? Identifiquen una manera intencional de servir, ayudar o dar esta semana y durante las próximas fiestas, especialmente con nuestros amigos que puedan estar pasando por dificultades para alimentarse. Pídanle a Dios que les ayude a cultivar la generosidad en su corazón para que se convierta en un estilo de vida, no en un acto aislado. Recuerden que no hay una meta en la generosidad. La generosidad no se mide por lo que damos, sino por el corazón que la da.

Un Análisis más Profundo (opcional): Lean 2 Corintios 8:1-5. ¿Qué te llama la atención de su actitud hacia el dar? ¿Cómo se entregaron primero al Señor antes de dar sus recursos? ¿Cómo se manifiesta dar más allá de las posibilidades, no de forma irresponsable, sino con sacrificio y alegría?