Cordero: Semana 1

Guía del Discusíon

Esta semana, iniciamos una nueva serie dirigiéndonos hacia la Pascua. ¿Has notado cómo nuestro primer instinto suele ser echar la culpa a alguien o algo? No es nada nuevo: este patrón se remonta a Adán y Eva en el Jardín del Edén. Sus decisiones trajeron consecuencias y la necesidad de un sacrificio. Veamos cómo el pecado, la culpa y el sacrificio juegan un papel en el plan de Dios.

Lo que necesitará: Una Biblia o su aplicación de la Biblia, un cuaderno, un bolígrafo y un marcador. Los siguientes versículos resaltados para usted están enlazados para acceder a ellos fácilmente durante su estudio.


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1. Si pudieras comer un alimento sin sentirte culpable (sin consecuencias, sin calorías, sin alergias, sin precio), ¿cuál sería? Comparte alguna ocasión en la que te sorprendieron haciendo algo malo de niño. ¿Culpaste a alguien, pusiste una excusa o simplemente lo admitiste?


2. Lean Génesis 2:15-17, 3:6, 8-11. ¿Qué mandato claro le dio Dios a Adán? ¿Cuáles fueron las consecuencias de su desobediencia? ¿Cómo respondieron Adán y Eva y qué revela esto sobre los efectos del pecado y nuestra relación con Dios?

3. Lean Santiago 1:14-15, 1 Corintios 10:13. ¿Qué nos enseña Santiago sobre nuestra responsabilidad personal por el pecado? ¿Cómo te ayudará Dios cuando seas tentado?
 

4. Lean Génesis 3:12-13 y 3:22-23. En los versículos 12-13, ¿cómo intentaron echar la culpa a otros? ¿Cómo hacemos lo mismo cuando pecamos? En los versículos 22-23, Adán y Eva fueron separados de la presencia de Dios. ¿Cómo se manifiesta esta separación de Dios en nuestras vidas hoy?


5. Lean Romanos 8:19-22 y Génesis 3:21. Según Romanos 8, ¿cómo afectó el pecado a toda la creación? ¿Qué nos dice esto sobre las consecuencias de gran alcance del pecado? ¿Qué implican las vestiduras de piel sobre cómo se cubrió su pecado? ¿Por qué creen que Dios requirió el derramamiento de sangre para cubrir el pecado? ¿Cómo señala esto a Jesús y su sacrificio supremo por el pecado?

Pasos a Seguir: Al pasar tiempo con Dios esta semana, dejen de esconderse, pídanle que les abra los ojos a cualquier pecado en sus vidas, no pongan excusas ni culpen a nadie. Asuma la responsabilidad. Reconozcan que nuestro pecado hiere a Dios y que Él provee una salida.