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Independientemente de las situaciones de nuestra vida, todos tenemos heridas, complejos y hábitos que causan dolor. Las suyas pueden ser cicatrices de una infancia o una relación abusiva. Es posible que haya sido traicionado o abandonado por un amigo. Puede sufrir adicciones o situaciones como problemas financieros. El duelo puede estar casi incapacitándote en este momento. Dios está cerca y te pide que vengas a Él en busca de ayuda.

La declaración de Nuestra Misión: "En The Cove, presentamos nuestros amigos a Jesús, aprendemos a seguirlo y celebramos su presencia en nuestras vidas." Si pertenece a nuestra familia de la iglesia, este es un compromiso que le pedimos que haga. No es solo lo que hacen los pastores o el personal. En The Cove le facilitamos invitar, para decir “venga y verá” para que conozcan a Jesús. Aprenda cómo esta semana.

Mientras Jesús oraba por nosotros, todos los creyentes que vendrían a creer en él hasta el fin del mundo, oraron por la unidad. Él oró para que nos amáramos unos a otros. De hecho, Él ordenó que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado (Juan 13:34). En un mundo lleno de división e ira, ¿cómo permanecemos amándonos y unidos, abrazando la reconciliación y la restauración?

Así como usted nace con habilidades y aptitudes naturales, está dotado en su nuevo nacimiento espiritual. El Espíritu de Dios viene a vivir dentro de cada creyente y el Espíritu también le da a cada uno un don. Es parte del propósito de nuestra vida: conocer y crecer en nuestros dones, usándolos en beneficio del Cuerpo de Cristo y dando gloria a Dios.

A veces, caemos en el pensamiento de que todos los creyentes viven una vida empoderada, escuchando a Dios todos los días sobre cada tema. Podemos desanimarnos cuando esta no es nuestra experiencia. En realidad, ahora somos el equivalente del Arca del Pacto del Antiguo Testamento. El Espíritu Santo reside en nosotros. ¿Será que no nos estamos posicionando para experimentar a Dios plenamente?